Sin lugar a dudas, los caminos de tierra, ripio, o como quieras llamar a los caminos por los que hemos corrido durante los últimos 600Km tienen sus ventajas y sus desventajas: nos llevan a lugares que pocos transitan, a través de los paisajes más maravillosos de todo el planeta; ¡pero nuestros pies pagan el precio! Ni soñando correríamos descalzos aquí.
Pero hoy, con un sol brillante y nieve fresca, las condiciones de nuestra carrera cambian; nos recibe la bendita visión del hormigón. Jamás imaginarían que dos ecologistas aventureros sentirían tanta emoción ante la presencia de una franja larga de hormigón; pero por una vez, aunque parezca egoísta, lo sentimos. Y nuestro carrito también suspira aliviado frente a los kilómetros lisos por delante, 60Km hasta Coyhaique, un pueblo de 40.000 habitantes donde nos reabsateceremos. El paso nos lleva de 400m de altura a 1200m (la montaña más alta de Inglaterra es de 980m, para que tengan una idea, pero de la belleza de Scafell Pike no hay ninguna duda)con curvas cerradísimas, tirando un carrito pesado, a través de los Andes que se levantan en el este, y luego dos días corriendo ladera abajo, hacia el pueblo donde podremos descansar, hacer algunas presentaciones en las escuelas, trabajar en la laptop sobre una mesa –una invención simple, pero de la cual muchas veces carecemos, trabajando acuclillados en el interior de nuestra tienda. Pero además marcará el final de la parte más austral y remota de Chile, lo cual nos da un poco de tristeza. Estas últimas cuatro semanas han sido impresionantes y sobrecogedoras; y nos preguntamos si al final del año las recordaremos como el punto más destacado.
Es momento de regresar al camino, esperamos hacer también algunos kilómetros descalzos.