Cada ítem que ponemos en el carrito (que venimos empujando por más de 5000 millas en la nieve, lluvias torrenciales, barro pantanoso) es crucial.
No puede ser de otra manera. Cada objeto superfluo implica más demandas para nuestras rodillas, nuestras articulaciones, nuestra espalda. Especialmente escalando los Andes, o ahora, en la cuenca del Amazonas, corriendo de aquí para allá ida y vuelva todo el día a lo largo de más de 20 millas.
Pero hay un objeto que es estrictamente de mi uso personal. Mi Mooncup.
Esta taza de silicona es excelente, tan liviana, simple y discreta. Solo la uso una vez por mes, pero su existencia es vital.
Sin ella, la alternativa hubiera sido llevar un kiosco de productos sanitarios. Y luego me encontraría con el problema de deshacerme de ellos una vez usados, dónde poner los olorosos tampones o las toallitas higiénicas.
No quiero contaminar los bosques, ríos y pampas por donde corremos, que es la tierra de la que todos dependemos. Controlan el clima, nos ofrecen agua fresca, medicinas los polinizadores, y sobre todo, hacen que la vida merezca la pena ser vivida.
No quiero llenar los tachos de basura, los terrenos vertederos, los ríos o los costados del camino (no hubo prácticamente un día que no hayamos visto una toallita higiénica flotando en un río o a la vera del camino) ni darle miles de pesos a los fabricantes de productos sanitarios. Con mi Mooncup solo necesito un poco de agua limpia, y listo.
Me llevó bastante tiempo aprender a quitármelo (pero no más que aquellas horribles primeras veces tratando de colocarme un tampón) pero ahora que practiqué, me resulta simple y rápido. Además, aprendí mucho más sobre cómo funciona mi cuerpo y me sorprende que no se haya inventado antes, o que se hayan inventado otros productos antes que este.
Así es que, el Mooncup, es genial para el medio ambiente, más seguro para tu cuerpo, más barato que comprar cientos de productos cada mes. No entiendo cómo no es la solución perfecta para todos, menos para Mooncup, ¡que solamente le vende uno a cada mujer durante su vida!
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Gracias Maria Pelletta por la traducción.